lunes, 3 de junio de 2013

¿Por qué se mantienen en su órbita?

La órbita de un satélite representa un delicado equilibrio entre inercia y gravedad. La fuerza de gravedad empuja constantemente al satélite hacia la tierra, mientras que la inercia del satélite lo mantiene moviéndose en línea recta. Si no fuera por la gravedad, la inercia del satélite lo enviaría directamente fuera de la órbita, la gravedad frena el satélite.


Para poder seguir un equilibrio entre inercia y gravedad, el satélite debe moverse a una velocidad determinada. Si se mueve demasiado deprisa, la inercia supera a la gravedad y el satélite abandona a la órbita. (El calculo de la velocidad que impulsaría a un satélite fuera de la órbita de la tierra, es decir, la velocidad de escape, desempeña un papel muy importante en los lanzamientos de pruebas espaciales) Si el satélite se mueve demasiado despacio, la gravedad gana la batalla frente a la inercia y el satélite se desploma sobre la tierra. Esto ocurrió precisamente en 1979, cuando la estación espacial norteamericana skylab empezó a reducir su velocidad debido a la resistencia que ejercían las franjas exteriores de la atmósfera terrestre. La atracción inflexible de la gravedad provoco que la nave se estrellara contra la tierra.

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